Quizá mi forma ya está en lo que escribo así, sin filtro

Llevo tiempo buscando mi manera de estar, de comunicar, de conectar. Y quizá esté justo aquí. En esta carta. En cada palabra que nace cuando dejo de intentar hacerlo bien.

Después de tanto correr, de tanto intentar estar en todas partes, me he rendido. No en plan dramático, sino en plan basta ya de exigirme cosas que me hacen daño.

He decidido dejar de empujarme a seguir calendarios, formatos y algoritmos y me he preguntado cómo quiero estar de verdad, cómo quiero comunicar, acompañar, mostrar lo que hago.

La respuesta no ha llegado con una claridad cristalina, he trabajado un montón, haciendo y deshaciendo, tomando decisiones, quebrándome la cabeza para cuadrar lo que quiero hacer con los canales en los que quiero estar.

Por lo pronto, aquí en Substack, con estas cartas —escritas así, desde mi esquina del sofá, desde lo vivido, desde lo que pesa— y contenido nuevo en formato escrito y pódcast quincenal después de verano; y en Mailerlite, con contenido mensual más técnico relacionado con la escritura y edición —si te interesa, puedes suscribirte desde mi web—.

No me da miedo ser brutalmente honesta en algunas cuestiones.

Lo que me asusta es perderme intentando encontrar la forma perfecta de ser yo. Buscar tanto mi diferencia que me acabe diluyendo.

Tal vez mi forma ya está aquí: en la manera en que escribo estas cartas sin guion, sin filtro, sin prometerte nada más que verdad.

Es mi manera de acompañar. De estar.

Y si, además, conecta contigo…