Si planificar y escribir tu manuscrito te ha resultado difícil, déjame advertirte de que eso solo es el principio. Ahora viene el duro proceso de corregir y editar tu novela siguiendo un orden lógico que no deberías saltarte si quieres que tu novela romántica se publique con la mejor calidad posible.
El proceso de edición de un libro consta de tres pasos: corrección, maquetación y diseño de la cubierta. Parte del proceso puedes hacerlo tú, de hecho, hay una primera parte que te corresponde sí o sí: convertir el borrador de tu novela en un manuscrito.
1. Primera revisión
Después de terminar de escribir, toca leer del tirón el manuscrito y reescribir aquellas partes que consideras más flojas, bien por exceso o por defecto. Revisar que los personajes sean coherentes durante toda la lectura y que no hayan quedado flecos en las tramas. Si has trabajado con escaleta como te he mostrado en el bloque anterior, esto no debería ser un problema.
Después de esta primera lectura es conveniente un periodo de descanso de varias semanas para alejarte emocionalmente de lo que has escrito. ¿Por qué? Porque con la distancia vemos las cosas de otra manera y esto también se aplica a la escritura. Quizá aquella escena que te pareció encantadora cuando la escribiste ahora te resulta cursi, o puede que ahora veas algo machista aquella conversación que mantuvieron los protagonistas en un determinado momento.
2. Lectoras cero e informes de lectura
Antes de enviar a corregir tu novela romántica a una profesional, debe haber pasado por las manos de una lectura crítica, ya sea de alguien conocido con el que tengas confianza, muy lector y con algún conocimiento literario (lectoras cero), o con una profesional que te haga un informe en el que se reflejen esos puntos débiles que se te han pasado por alto.
Este paso previo te ahorrará tiempo y dinero porque lo más probable es que tu correctora aprecie incoherencias, agujeros de trama, conflictos flojos, mala perfilación de personajes, etc., que no se pueden subsanar en una corrección. Si te has gastado el dinero en un manuscrito que necesita reescritura, por las razones que te he expuesto, deberás pagar de nuevo otra corrección.
Ojo, con reescritura me refiero a un cambio profundo del manuscrito, no a cambiar un par de palabras o arreglar un párrafo.
3. Autocorrección
Una vez que has arreglado todo lo concerniente al contenido de tu novela, es el momento de revisar la forma, es decir, las palabras que has usado: detectar repeticiones, redundancias, vicios léxicos, muletillas.
La gramática y la ortografía son herramientas básicas para una escritora profesional y formarse en este sentido es fundamental. Saber cuándo usar comillas o cursivas, las mayúsculas, cuándo acentuar pronombres interrogativos, en qué circunstancias usar un gerundio, cómo utilizar las comas o cómo se puntúan los diálogos es imprescindible porque si no, estarás haciendo tu trabajo a medias.
Te recomiendo que te hagas una lista de tus vicios o de las palabras que más usas, así será más fácil detectarlas cuando hagas la primera limpieza de tu texto.
Una vez hayas concluido con este proceso, es el momento de contratar a una correctora profesional que termine de pulir todo lo que no has sabido ver.
He leído varios manuales para escritores que afirmaban que una corrección puede hacerla cualquiera, una buena lectora u otra compañera de letras; no he podido evitar echarme las manos a la cabeza en esas ocasiones porque es imposible sustituir la corrección realizada por una profesional.
Una buena corrección debe hacerla un profesional, así es. Pero está muy bien que señales todo el trabajo que hay que hacer antes de mandársela, uno la edita antes de que te la editen :)
Ahora con la IA muchos intentarán saltarse al editor y entrenar un GPT.
¿Piensas que la figura del editor desaparezca en 5 años?
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