Mi cursitis crónica (o el arte de estudiar hasta agotarse)
He hecho cursos de todo. Y cuando digo de todo, es de TODO. Y, aun así, la sensación de no llegar nunca sigue ahí, como una mosca que no se va. ¿Y si no necesito más formación, sino más confianza?
He estudiado mucho desde que el empecé mi emprendimiento porque ya se sabe: si no puedes invertir dinero, tienes que invertir tiempo, y eso nunca me ha dado pereza.
Además de formarme para mejorar mi trabajo, he estudiado de todo. Pero de todo.
Y en eso, oye, aplicada he sido. Mucho.
Cursos sobre planificación y organización para ser más productiva y no morir en el intento cuando mis hijos eran pequeños y mi marido estaba doce horas fuera de casa.
Cursos sobre email marketing para montar secuencias automáticas de bienvenida —que nunca han terminado de cuajar—.
Cursos sobre montar una web en Wordpress —cada vez que me acuerdo de la migración desde Blogger se me revuelven las tripas, pero la hice, yo solita y sin tener ni pajolera—.
Cursos sobre Instagram y creación de contenido para no volverme loca y tener un plan estratégico y coherente, lo que me llevó a hacer cursos sobre cómo hacer fotos y editarlas, claro, y de Canva para hacer mis propias plantillas.
También he hecho cursos de marca personal y de branding, de copywriting, de creación de newsletters...
He estudiado de todo, como ves.
Y, sin embargo, la necesidad de apuntarme a todo lo que sale sigue presente, tanto que me supone un esfuerzo resistirme, aunque sé que no necesito más aprendizaje de ese tipo.
Como si, por más que aprenda, nunca terminara de estar preparada.
Como si lo siguiente que me falta aprender fuera, ahora sí, la pieza que lo resolverá todo.
No necesito apuntarme a otro curso de Instagram —y menos con el asco que le estoy pillando—, no necesito otro curso sobre marca personal ni sobre cómo crear un ecosistema de servicios ni sobre cómo crear un programa grupal.
No necesito otra formación sobre cómo venderme mejor.
Lo que necesito es confiar más en todo lo que ya sé.
Y quizá también en todo lo que ya soy.
Porque sospecho que esta necesidad de saber de todo viene de un lugar muy concreto: la inseguridad.
Esa vocecita que dice «si no sabes lo suficiente, no eres suficiente».
Y esa trampa me ha tenido ocupada años.
Estudiando. Aprendiendo. Afinando.
Postergando.
Hoy escribo esta carta no para decirte que no hagas más cursos (los buenos ayudan, claro, pero vigila dónde quién y qué para no llevarte una decepción), sino para recordarme —y quizá recordarte a ti también— que a veces estudiar más no es avanzar más, sino evitar el miedo a hacerlo ya, con lo que hay.
Suscribo 100%
Todavía sigo apuntándome a cursos de cosas que más o menos tengo controladas "por si aprendo algo que funcione mejor", cuando la realidad es que tampoco termino de poner en práctica todo lo que ya he aprendido.
Apuntarse a más cursos es la forma de procrastinar de los inseguros 😅