Después del tsunami, solo quedo yo
Nada ha salido como esperaba este año y, aun así, sigo aquí, reescribiendo el camino, reestructurando el mar que soy.
Ayer estábamos abriendo los regalos de Reyes y, en un parpadeo, han pasado seis meses.
Los niños ya están de vacaciones, hace un calor para morirse (nada raro por estos lares, por otra parte) y las expectativas que tenía a principios de año se han desvanecido igual que el tiempo.
Esta primera mitad del año me ha barrido como un tsunami que apenas ha dejado nada en pie.
Todos los planes que tenía previstos, mis Excel tan bonicos, la estrategia tan atada… se han ido al garete.
No ha quedado nada en pie.
Y aquí estoy de nuevo, empezando de cero, o casi, porque después de once años de recorrido literario, no puedo decir que esté en el mismo sitio, sería bastante hipócrita.
Quizá no soy la escritora que soñé con 13 años, pero soy la mujer que puede sostenerla y acompañarla, desde la realidad que vivimos todas día tras día, con los pies bien anclados al suelo, no desde una hamaca en Bali o un paseo por Nueva York.
No, desde un espacio muy chiquitito que cada día intentamos mantener mientras luchamos por no perdernos a nosotras mismas entre miles de obligaciones que nos cargamos a la espalda.
¿Me da vértigo cambiar de rumbo otra vez? Mucho. Pero lo voy a hacer igualmente.
Lo he hecho.
Verás que el nombre de estas cartas ha cambiado, así como el de este espacio que voy construyendo a pedacitos.
El mar es muy yo y creo que ya era hora de que se manifestara sin tapujos.
No han sido los únicos cambios, ha habido otros más sutiles por aquí y por allá que no se aprecian a simple vista, pero que han supuesto una reestructuración interna de mi ecosistema empresarial.
Ya te lo iré contando.
Por lo pronto, espero que me sigas acompañando en este nuevo rumbo.
P.D.: Si no eres habitual de Substack (lo mismo ni la conoces), habrás notado el cambio de diseño de la newsletter de hoy: nueva cabecera, nuevo formato.
Lo he pensado muchísimo y he decidido escribirte desde aquí solo por una cuestión de paz mental.
Me explico.
Ya sabes las vueltas que le he dado al tema del contenido (qué, cómo y cuándo), y no puedo escribir tropecientas cosas en tropecientos sitios. Me rindo. Mi trabajo no es ser influencer ni creadora de contenido y puedo dedicarle el tiempo que puedo. Sin más.
Así que recibirás las newsletters cada jueves como enviaba antes, solo que desde esta plataforma.
Para ti no cambia nada, la seguirás recibiendo en tu correo solo que con un ligero cambio estético.
Si conoces Substack, ya sabes cómo funciona el tema.
Si en algún momento ya no deseas recibir estos correos, puedes darte de baja con un simple clic, como siempre.
Gracias por seguir aquí y aguantar mi «oleaje».